En este tiempo de Pandemia no hay palabras
Luz y esperanza/ Argia eta itxaropena.
Espiritualidad/ espiritualtasuna.
Cuidémonos/Zaindu dezagun
Abrazo para todos/ Besarkada denontzat
Bihotz bihotzez/ con amor.
Isabel Montero

Epifanía en la luna
Luz y esperanza/ Argia eta itxaropena.
Espiritualidad/ espiritualtasuna.
Cuidémonos/Zaindu dezagun
Abrazo para todos/ Besarkada denontzat
Bihotz bihotzez/ con amor.
Isabel Montero


Mujer
No dejar es la palabra.
Sentir la cicatriz que duele
es el sentido.
No olvidar
el cuerpo dolorido
y su interior
marchito en los abriles
de febrero.
Abrigar la esperanza
de un mundo posible
no bajo puños
no bajo palabras
de metralla.
Ocupar en espacio
en el hueco de la vida
Ser en plenitud
mujer en todo el mundo.
©Isabel Montero.

La situación que vivimos desde marzo a nivel mundial es desconocida. Nunca habíamos pasado por un trance de este calibre.
Estamos siendo testigos de manera activa de situaciones difíciles de superar.
Una Pandemia mundial conlleva, desconocimiento, miedo a enfermar o a morir, impotencia por estar fuera de nuestras manos la situación, incapacidad por tanto para manejarla emocionalmente, desconcierto y frustración. Nuestro cerebro no está preparado para hacer frente de una manera adaptativa a la nueva realidad.
Con hechos menos significativos de la vida diaria ya se habla de estrés postraumático. Este estrés suele superarse porque tiene un fin, es decir existe una duración relativa en el tiempo.
En este caso, la Pandemia del Coronavirus es un estrés sostenido del cual no sabemos nada. La etiología del virus, la situación real, los pronósticos en el tiempo, la cura y sobre todo el final. No vemos de momento la luz al final del túnel. Además hemos cambiado nuestro modo de vivir, de hacer, de relacionarnos. Nuestro cerebro está siempre alerta, siempre preparado para la huida, pero no sabemos a donde, ni cómo , no existe un lugar donde podamos protegernos. Es una alerta un poco baldía.
Esto nos produce situaciones emocionales complejas.
Tener recuerdos recurrentes.
Revivir situaciones angustiantes.
Sufrir bloqueos mentales.
Estar en situación de ansiedad continua.
Permanecer alejado de lugares y acontecimientos que le recuerdan el hecho traumático.
Tener dificultades para dormir.
Sobresaltarse.
Falta de concentración.
Falta de memoria.
Imposibilidad de realizar actividades que se hacían habitualmente tanto físicas como intelectuales.
Miedo a perder facultades.
Miedo a morir.
Pensamientos negacionistas de los hechos.
Síntomas físicos.
Dolores que no se pueden paliar.
Desatención a nivel sanitario de otros aspectos.
Todo esto unido al desconcierto informativo, la poca solidez de la información, la situación política mundial hace difícil superar este estrés, por falta de acción y resolución.
No existen en el mundo de la información trabajos de fondo que nos ayuden a colocar hechos.
Tampoco hay orientaciones públicas a nivel de Salud Mental.
Quizá la ciencia sea exacta pero el proceso emocional y las respuestas adaptativas de los hombres no. Ante un mismo estímulo hay muy diferentes reacciones incluso, en el mismo individuo.
En situaciones de estrés postraumático de otra índole yo veo caminos de ayuda. Pero en este momento son casi inaccesibles. Es inaccesible acudir a un profesional de la sanidad en el ámbito psicológico y psiquiátrico. Estamos solos. Esto nos lleva al horror. Al miedo de no manejar nuestra mente. Y a llenar nuestro inconsciente de basura emocional que permanecerá mucho tiempo anclada y taponada.
“Mano sobre mano” y recojo la expresión de una conversación de una buena amiga, así estamos y además espantados.
¿ Qué hacer?
Poco hay. Evitar consumo de drogas y alcohol, estar en cada momento en una actitud consciente…¿difícil no? Es un estado de supervivencia. Yo voy a recomendar un libro que a mí en su momento me ayudo,
“El hombre en busca de sentido” de Victor Frankl.
Y sobre todo veo que hay que intentar estar aunque sea virtualmente conectados, con amigos. Apoyarnos. Hablar, decir. Escuchar y seguir adelante.
Y si podemos poner humor, ponerlo.
Y no dudar, si hay algún profesional de Salud que nos escucha y nos aconseja una medicación psicológica para el ánimo y seguir sus instrucciones.
Para mis amigos.
Isabel Montero
Docente
Escritora/poeta

Mitxel Casas me ha dado la oportunidad de colaborar en esta iniciativa que está llevando a cabo en el confinamiento. Gracias por darnos voz y permitir nuestra colaboración para que esto sea más llevadero y así juntos, entre todos, podamos llegar a buen puerto. Mitxel es una de esas personas que suman. Gracias por tu programa y gracias a ti.
Padre
En medio del caos, me acordé de ti, Padre,
por ese hombre que había en la clínica.
Estaba con su hija y ella, lo mimaba.
Se llamaba Antonio.
Sentados con nuestros guantes y mascarillas
guardábamos más de un metro.
Pero yo te veía por detrás, Padre.
Antonio tenía el pelo cano como tú
y largo por el confinamiento, pero
no tenía tu gorra.
Antonio lo sabía todo como tú y su
hija lo arropaba como yo a ti a veces.
Antonio entró a una prueba en silla
de ruedas, porque si, como lo harías tú .
-Hay muchay y ya que estamos…
Cuando salió, dijo a su hija:
-vámonos que a mí el médico
ya me ha explicado todo.
-¿A ti papá?
-Si, a mí. Y entonces vi
mi cara en su hija. Y te quise Padre.
Yo me fui y allí. Dejé a Antonio y su hija.
Al pasar por la Residencia de ancianos
de una calle, vi desde el coche al ejército
entrando, y pensé Dios, ¿cuantos han
muerto aquí ? Y pensé en ti Padre, y te quise
Padre, porque esa es una realidad que tú
y yo no conocemos. Y llore por ellos Padre,
porque estaban solos.
Isabel Montero

Hubo una mujer que fue la primera y alentó al resto. Unas llegaron antes y otras después. Luego supieron que la Sabiduría era suya y que el Pensamiento les pertenecía. Y que no necesitaban más. Finalmente conocieron la vida, y era suya también y se sentaron entre las columnas de un Partenón. Así empezó el discurso del Verbo, el juramento, el principio de Ser.
Isabel Montero
Por la Voz y la Palabra de todas las niñas y mujeres del mundo.
A Carmelo Vallés, in memorian.
A mi amiga Txus
Recuerdo irrumpir en la joyería
de tu padre, como dos huracanes
y a tu padre mirar, cabecear
benevolente, y tal vez complacido,
aunque nunca lo dijo. Mirar, si,
esa algarabía tan nuestra,
tan adolescente entonces.
Aquellos veranos en los que la brisa
rozaba nuestros brazos, aún infantiles,
en aquellos Sanfermines, primerizas
nosotras, que queríamos, y eso es
seguro, tumbarnos sobre la hierba de
«La Taconera», y encender un cigarro
para soplar el humo al aire.
Y al final no ocurría y tú padre
nos dejaba en el baile del Club
Natación
Aquellos Sanfermines soñábamos
blanco, sin saber que la vida, sería
dificil.
Isabel Montero Garrido
Bihotz bihotzez María Jesús.

Imagen subida de Internet

Si digo que hablar «Personajes de invierno» de Juana Vázquez es hablar de una buena novela, no estoy siendo justa. Hablar de «Personajes de invierno» es hablar de una «ópera prima»; es decir que estamos ante una novela diferente.
Al igual que Baroja en «La busca» se trasladó en aquel momento a la periferia de Madrid, entonces los «suburbios», Juana se sumerge en un barrio de la periferia de esta gran ciudad, un barrio obrero, de gente sencilla, en pleno siglo XXI.
Los personajes de esta novela son los habitantes de un barrio, trabajadores, amas de casa, personas que incluso huyen de si mismas y se esconden en un anonimato cargado de familiaridad.
Estos personajes se aglutinan en torno a un personaje mayor, el Murgo, un bar del barrio que será el escenario principal de esta novela. He dicho personaje mayor para hablar del bar porque el Murgo, adquiere esa categoría, esa personificación con mayúsculas, al igual que ocurre en el teatro en el que el escenario de la obra será un elemento más, un elemento que alcanzará la dimensión de un Ser Vivo.
«Personajes de Invierno» es una novela costumbrista y realista, si bien, se afinca en el realismo del siglo XXI con todos sus componentes: momento histórico-social actual, es decir se instala en la contemporaneidad, retrata un entorno concreto en este caso un barrio humilde de Madrid, los personajes padecen conflictos personales de hoy en día, usa un lenguaje coloquial, aunque la novela se mueve en tres registros de manera magistral, el lenguaje normal de la calle citado, el monólogo interior reflexivo y una narración en ocasiones omnisciente. Aparecen además elementos modernos como el uso del teléfono móvil, el uso del alcohol, la soledad, el maltrato, las consecuencias de infancias perdidas. Es una vida real en la que los personajes salen y entran en el Bar Murgo cada uno con su propia carga vital. El bar será lugar de encuentro y desahogo de una vida cotidiana rutinaria y difícil.
Virginia, una catedrática de Universidad que huye de una separación y el maltrato de su ex-marido se esconde en ese barrio. Es la protagonista principal de la novela e intenta superar lejos de su antigua vida, una depresión causada por los horrores de un matrimonio fallido. Este personaje como vemos es un personaje culto que viene de un ambiente distinto pero que encuentra en el Murgo su asidero. Es un personaje vulnerable interiormente, con múltiples miedos e indecisiones que a veces, trata de escapar hasta de si misma. En este personaje encuentro uno de los grandes logros de la autora de la novela al presentarnos que la violencia machista no entiende de clases sociales ni de cultura, simplemente se instala en cualquier estamento de la sociedad y en cualquier nivel destruye y aniquila. A mi juicio es uno de los elementos más importantes de la novela.
El personaje antagonista se llama Thays, es un extranjero holandés que huye de un pasado que le ha marcado profundamente en la construcción de su identidad desde la infancia. Thays escapa también de si mismo y de algo. Es «algo» constituye el hilo de intriga de la novela y que poco a poco se irá desvelando.
Los dos personajes encierran en su interior una gran amargura. Caminan en lineas paralelas buscando una conjunción que no ocurre, aunque cada uno ve en el otro su propia salvación.
Hablando metafóricamente Virginia sería el «poeta» y Thays»el poema». Entre los dos construyen una poesía de la amargura, de la soledad, de la desolación y de la frustración ante la imposibilidad a veces de seguir adelante. Luchan salvajemente por vivir pero de alguna manera constituyen una poesía maldita.
A pesar de una estructura compleja que Juana maneja a la perfección, la autora conduce al lector suavemente, en una lectura que se hace fluida, por la vida de los personajes del Murgo: Antonio, el dueño, como una especie de psicólogo de las vida de las pequeñas cosas, los camareros, las señoras del barrio que entran y salen y las partidas de ajedrez.
El ajedrez se me antoja curioso en un bar como el Murgo. ¿Por qué juegan al ajedrez en lugar de a las cartas? Es un juego, el ajedrez, que requiere un conocimiento complejo. Se me ocurre que la autora dota de esta manera de la dignidad que merecen los habitantes de los barrios sencillos en los que la vida del día a día, no suele discurrir de una manera fácil.
Pero esta es mi interpretación como lectora y como tal me incluyo en personaje tambien de esta novela.
Isabel Montero Garrido
Personajes de Invierno, Novela
Juana Vázquez Marin,
Editorial Sapere Aude
La presentación de «Personajes de invierno» tuvo lugar ayer en el «Café Comercial» de Madrid. En la mesa la autora Juana Vazquez Marín acompañada de la escritora Lourdes Ventura y la fotógrafa Ouka Lele. Al acto acudieron numerosas personas de la cultura de Madrid.

Juana Vazquez Madrid es escritora y Catedrática. Extremeña afincada en Madrid. Con numerosas obras publicadas en poesía, novela y ensayo. Destacar su estudio «El Madrid Cotidiano del siglo XVIII».

¿ Qué puedo desear al mundo para el año 2020? Es sencillo, Paz. No se me ocurre otra cosa. Para ello utilizó esta foto que saqué en el Museo Naval en la exposición dedicada a Juan Sebastián Elcano y la circunnavegación.
Deseo un nuevo rumbo, otra vuelta al mundo, a un mundo más humano, más generoso, más pacifico en el que la Paz y la Concordia estén presentes.
Un gran abrazo:
Isabel Montero Garrido

Desde el corazón una feliz Navidad, y un deseo de paz y justicia social para todos los hombres.
Bihotz bihotzez eguberri on, eta bakea eta justizia soziala nahi bat gizon guztientzako.
Con mucho cariño/maitasun handiz:
Isabel Montero
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Anoche terminé la lectura de Nada quedó de Abril. El libro de Carmelo y es merecido que hable de esta novela de mi querido amigo el escritor Alfonso Cebrián.
Nada quedó de Abril. El libro de Carmelo, es una novela apasionante, de mirada el pasado, diría critica mirada que combina magistralmente los tiempos en los que se sitúa la acción. El autor nos sitúa en el catorce de abril de 1931, con un antes y un después. La llegada de la República a una España empobrecida, cierto ápice de apertura para desembocar en un trágico final, el levantamiento militar fascista.
-Madre es un horror la guerra, es una de las frases finales del libro.
Alfonso articula magistralmente la arquitectura de la novela, el entramado de la acción y la construcción de los personajes. Unos personajes cincelados con cinco dimensiones en su expresión psicológica.
La novela aborda los hechos en profundidad y nos mantiene expectantes en sucesos y situación vital de cada personaje.
Es una novela viva y llena de aspectos que nos sitúan en la reflexión silenciosa en una introspección personal necesaria.
No me queda más que felicitar a Alfonso, que se supera en esta obra y se alza como gran novelista y que no olvida dotar su novela de una cadencia poética y unas imágenes asombrosas que nos acercan a un lirismo que se saborea con gusto.
Recomiendo esta obra y felicito a este escritor toledano al que tanta admiración y cariño me unen.
¡Enhorabuena querido amigo!
Isabel Montero Garrido.
Os dejo un enlace por si queréis acercaros a la obra de Alfonso Cebrián.