
La vida y la muerte,
la línea que las separa
apenas imperceptible, y es.
La araña que teje la tela con
seda líquida, te engaña y te enredas
en ella sin avistar el peligro, atrapada.
La vida y la muerte,
la línea que las separa
apenas imperceptible, y es.
Bailas una danza macabra,
sobre ella, de puntillas, como
una bailarina deshojada.
Y el tiempo dirá que lado de
la ladera será tu destino.
La vida, sin duda.
Isabel Montero