Sobre libros

Aquí

Termino de leer ”Aquí” del poeta Francisco Caro y me quedo detenida y sintiendo el sabor dulce y el bienestar que sucede a una buena lectura. Apetece incluso que el libro de poemas continúe y que estas sensaciones que me envuelven se perpetúen. “Aquí” es calma, sosiego y dulzura. Es un estar transportada en tiempo y espacio, envuelta en olor de jara y de tierra. Escucho casi de puntillas esa sensación porque no quiero que se escape. Aquí, es un libro de poemas, que si bien el autor nos advierte que dichos poemas han crecido separados entre sí , constituyen en sí mismos una unidad poética. Unidad de principio al fin. Los antepasados, la casa, la familia, el patio, la infancia, el camino a la vida adulta como tránsito con un DNI, los amigos, la naturaleza, y la ciudad como destino. El arraigo del hombre a la tierra, a su tierra. Todo esto está presente en este libro y siempre la vuelta al punto de partida, al hogar primigenio donde se forja todo el estrato emocional.
El libro se constituye en un lenguaje poético hermoso y tierno que se desliza en nuestras manos: “En esos días era/ impaciencia y un rito el abrigarse./ Levanta, hijo, me decías,/el patio es todo blanco.”Hay pasajes que me llevan al asombro: “Era sentir/el mundo en el instante que comienza.” Con lugares que me sobrecogen en palabras” Olmo de paz, al contemplarte aspiro/a contar la belleza del intento,/ prisionera mi voz/ de tu presencia. Puedo decir que leer aquí es una “delicia”. Una delicia envuelta por Mahalta ediciones y un cuidado diseño de portada con una delicada ilustración de Teo Serna. Desde aquí , sirva esta humilde reseña para felicitar a Francisco Caro por ofrecerme tan hermosa lectura y el aroma de su tierra La Mancha y Piedrabuena.
Resulta difícil escoger un poema en tan extensa muestra de calidad. Escojo por tanto el primer poema por ser la entrada que da salida a todo el recorrido que sin duda merece lectura.

Isabel Montero

VERANO DE 1956
Si pudiera volver
a ser feliz,
a la cal y a la tierra,
a la altura inocente
y al verano de un niño entre albañiles

Si regresara,
si tuviera tan sólo nueve edades
y Luis y Restituto,
mis dos tíos,
con paciencia y asombro
levantaran andamios, sueños, tapias,
el milagro de un huerto
que mi madre llenara de rosales.

Y si después ahondaran
aquel pozo infinito,
de blanda arena,
porque hubiera también
un redondo lugar para los miedos.

Aquí
Francisco Caro
Mahalta ediciones

Ha sido un placer leerte querido Francisco y mi enhorabuena a Mahalta ediciones por esta salida.

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