agradecimientos · Sobre libros

La herida se cura con un beso de Carmen Aguado Hernández

“ La herida se cura con un beso” es el último poemario de Carmen Aguado Hernández.
Es un libro intimista en el que la autora recorre la vida de su madre. Parece ser que su madre, comentaba que con su vida podría escribir una novela. Pues este es un recorrido poético que Carmen hace en torno a la figura de su madre, libro que desde el contenido del verso, desvela la trayectoria de una vida.
Es un libro íntimo como he dicho, intimista pero no exento de cierta ironía a veces, que hace que la lectura sea fluida sin perder de vista un contenido vital y difícil. La autora conjuga muy bien este efecto.

El recorrido es el de muchas mujeres que nacieron en torno a la Guerra y vivieron esa España de posguerra con todo lo que eso conlleva en carencia emocional, privaciones y falta de oportunidades.

“ La herida se cura con un beso” es un libro homenaje que Carmen dedica a su madre y a muchas madres.

Conozco a Carmen de hace muchos años, si bien no en presencia, si, en alma y se que su obra se carga de sensibilidad, emotividad y con un hacer poético excelente. Me llama la atención el manejo de la autora del vocabulario de una forma muy interesante y así traza poemas al andador de su madre, a la silla de ruedas e incluso a las gafas.

A la vez, a lo largo de toda la obra Carmen Aguado reflexiona sobre todas las etapas de la vida a través de esa figura de su madre, y con ello hace reflexionar al lector, porque consigue ese efecto que hace que de alguna forma nos sintamos identificados o identifiquemos espacios vitales comunes y universales. El tránsito que hace la autora por el espacio de la vejez me parece digno de señalar.

Enhorabuena Carmen, te deseo todo el éxito que se merece “ La herida se cura con un beso”. Ha sido un placer leer tu nuevo libro.

La quietud

Se cerró la puerta con las tres vueltas de llave.

Las horas que quedaron en la repisa fatigadas,
se caducaron.

Como caducaron los insomnios en el sillón
de los huesos y los deseos mortificados.

El tiempo se asomó al vacío,
sereno y relajado va cayendo
en la quietud como un suspiro.

Se desplomó el silencio,
sin el murmullo acosador del sufrimiento
varado en la melancolía.

De “ La herida se cura con un beso” por Carmen Aguado Hernandez.

agradecimientos · veladas poeticas

El color de la palabra

La asociación de vecinos “Valle Inclán” del barrio de Prospreridad en Madrid, me ha invitado a participar en este encuentro poético. Lo haré con el poema “Mareas” incluido en mi libro “Plasma de los vivos”, editado por la Delegación en Corte de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País.

Muestro mi profundo agradecimiento a la Asociación “Valle Inclán” de Prosperidad.

Mareas

Ha subido la marea de repente

sin esperar a la luna.

Ha subido y me ha saludado

en la angostura de la noche

como si me conociera en fiebres de madrugada.

Como si en otro tiempo también hubiera estado allí.

Creo, que incluso la recuerdo

saludándome desde la orilla, levantando una bandera roja.

He sentido tal como se siente al mar.

Como se siente al mar subir a veces.

Como se siente el nudo del agua en la garganta.

He sentido subir.

Subir el agua

a trompicones

o levemente subir y cubrir mi arena fina

desde la isla hasta los voladizos.

Y mojar el suelo frío.

Isabel Montero

Mareas, es un poema ambientado en la ciudad de San Sebastián/Donosti, concretamente en la Playa de La Concha.

La poesía para mí, es lugar de encuentro en la palabra. Un modo de hacer e intentar entender la vida y de trabajar para que el lector también lo entiendo.

Es una manera de hacer que se constituye en un arte de la palabra, de su estética y que nos une en un mismo ritmo. Mi poética se encuadra en una filosofía de las pequeñas cosas y se abre a múltiples significados e interpretaciones para que el lector encuentre también su lugar en la obra poética,

Sobre libros

Mi madre bolitas de paraguas, novela de Ramón Serrano

Mi madre bolitas de paraguas de Ramón Serrano

Aguanto el telediario hasta esa parte en la que la oquedad interna se llena de agua y se desborda, hasta ese momento en el que aparece el llanto que estaba contenido, cuando las imágenes de la injusticia rompen mi débil coraza, esa que construyo cada día cuando me levanto y que dura eso, lo que cuesta medio informativo de televisión.
Hoy ha sido en el momento en el que Abdou el chico senegalés de 27 años aparece. Es “el chico del abrazo” al qué consoló una voluntaria de 20 años de Cruz Roja en la playa del Tarajal. Habla desde Casablanca a donde ha sido devuelto tras pisar suelo español. Allí en un entorno paupérrimo e inhabitable que es su hogar itinerante, habla con Luna por teléfono, la voluntaria de la ONG, para darle las gracias por su consuelo, por su abrazo. Un gesto humano en medio del dolor y la desesperación de los que buscan refugio y un lugar mejor para vivir fuera de la opresión y de las guerras en una Tierra Prometida que no existe. Inmediatamente enlazo mentalmente situaciones y por ello recuerdo la novela que acabo de leer “Mi madre bolitas de paraguas de Ramón Serrano.

Es una novela que plasma la búsqueda del porvenir, y relata algunas formas de hacerlo. Sí bien es verdad que Ramón sitúa la historia en nuestra guerra civil y en los primeros tiempos de la posguerra española, en el fondo están los mismos valores universales en sentido ético y moral, el derecho a una vida digna y la libertad. Soy consciente de que son distintos escenarios, pero los hombres en el más amplio sentido de humanidad, sus emociones, la pobreza, el desarraigo, las consecuencias de la mala gestión de los poderes públicos y la huella o herida que esto deja en la sociedad y en los hombres es parecida y tiene nombre: deshumanización y miseria. La búsqueda de otros modos de vida, la condición de refugiado está presente. Y son, por tanto, los planteamientos de los que parto para asociar unos hechos con otros, aunque estén tan alejados en el tiempo.

Centrándome en la novela de Ramón Serrano diría que es una novela sobre la Guerra Civil española y sus consecuencias en la posguerra. Pero, tal como indica la contraportada de “Mi madre bolitas de paraguas”, y a pesar de que existe una cantidad ingente de novelas sobre nuestra guerra, sin contar las obras de no ficción que también son numerosas, un imaginario que se ha tratado desde muchos puntos de vista, el punto de vista de esta novela ha sido menos abordado. Me refiero al hecho de ser tratado desde el punto de vista de los “refugiados”. Poco se ha abordado desde la perspectiva de los refugiados españoles, es decir aquellos que tuvieron que trasladarse a otros lugares, a otras ciudades y sobrevivir desde el miedo y la exclusión social. En esto radica en cuanto a la temática el gran valor que encuentro en esta novela.

Por otro lado, el autor no se limita a describir o plasmar unos hechos, sino que es un relato que denuncia. La obra constituye el retrato descarnado de la miseria y el pesimismo de aquellos refugiados, ya fuera de España, ya dentro, en las ciudades grandes y en concreto en Barcelona. La Barcelona de posguerra de barrios y chabolas será una protagonista más. El autor aborda esta fotografía social desde varios prismas, uno de ellos el prisma femenino. Me refiero al punto de vista de la narradora que nos centra en la acción. Aquí esa narradora a través de un monólogo interior fascinantemente construido por el autor nos lleva por la historia de su familia, de si misma y del mundo que rodea la cruda realidad de aquella España.

“Mi madre bolitas de paraguas” es la historia de Estrella, que quien junto a su madre y su hermano están en Barcelona cuando llegan las tropas franquistas. Su padre ha huido a Francia con lo que queda de las tropas republicanas. Posteriormente desaparece entre los campos de Concentración y la Segunda Guerra Mundial. La familia no sabe si ha logrado sobrevivir y se ve abocada a un modo de subsistencia distinto al que habían soñado. Es importante señalar el papel de Estrella, que asume un papel social como mujer en la época, secundario, en favor del desarrollo intelectual y vital de su hermano.

Ramón hila magistralmente las tramas. Es un escritor con una habilidad especial para narrar que, con monólogos aparentemente largos, personajes en primera persona que incluso comparten el mismo párrafo en diferentes situaciones, la construcción de los personajes, la inmersión de estos en el texto a la vez que el lector, con idas y venidas, cambios de registro imperceptibles, con un dominio absoluto del “Flashback”, retrata exactamente lo que nos quiere mostrar. Construye un trazado comunicativo suave a pesar de la complejidad de su escritura. El autor es un hombre que escribe no por el hecho de describir, sino para mostrar lo que pasó y no puede volver a pasar. Es una novela metafilosófica importante, este aspecto se da en escritores que van más allá y llegan al lado en donde el alma se conforma o se construye en el sentido humano.

Me queda recomendar encarecidamente la lectura de esta novela: “Mi madre bolitas de paraguas” de Ramón Serrano, Editorial Azacanes, Toledo 2008.

Isabel Montero Garrido

Madrid 25 de mayo de 2021

Ramón Serrano ( Barcelona 1933) escritor. Ha colaborado en prensa y revistas. Ha dirigido diversas editoriales en España y México con sellos emblemáticos, fundando editoriales como DOPESA, Labor Mexicana, Euros, Cambio16 (libros) y Flor del Viento Ediciones hasta su jubilación en 2013. Alternó esta actividad con colaboraciones habituales en prensa ( El correo catalan, Madrid, TeleXpres, La vanguardia, El Periódico…). Impartió conferencias. Ha sido agente o activista cultural en el Ateneu Barcelonés. Es autor de libros de poemas, novelas y ensayos. Ya en 1956, con 23 años dirige la revista literaria “La ballena alegre”. En 1963 publica su primer libro “Afroasiá, el tercer mundo”, declarado texto recomendado en varias universidades españolas. Su primera novela “El secreto de Saladeures” aparece en 1990. En 1991 gana el premio de novela Ateneo de Sevilla con “Gentes de la soledad” a la que seguirán otras cuatro novelas. En poesía publica en 1971 “Grito para la niebla” seguido de otros ocho poemarios, el último aparecido en 2019 “Daniela y las astromelias” En una editorial se quedó atascada por la Pandemia su última novela, “El padre desnudado”.Ha recibido en 1999, el premio a la Lealtad Republicana que otorga la Asociación Manuel Azalea. Reside en Barcelona, su ciudad natal.

Sobre libros

La casa Dorada, Alfonso Cebrián

En este tiempo que llevamos apenas sin objetivos salvo intentar cuidarnos y aprender a vivir de otra manera, al mismo tiempo que sorteamos a los viandantes sin mascarilla por las aceras o soportamos la irresponsabilidad de algunos que ponen en peligro nuestra salud con sus fiestas y botellones, en este tiempo, busco refugio y casi auto confinamiento elegido dentro de las paredes de mi casa. Una de las cosas que me salva es la escritura y otro la lectura. La lectura que permite que me sumerja en otros mundos diferentes al mío y que además me aporta análisis sobre hechos y acontecimientos de la historia y de la vida que me permiten tener un pensamiento claro y objetivo sobre las actuaciones de la humanidad en el transcurso del tiempo .

Uno de los libros que me ha permitido lo que planteo anteriormente, un análisis dentro de una trama bién estructurada y la elaboración de un pensamiento objetivo, es la última novela del escritor Alfonso Cebrián: “La casa dorada” que forma parte de la serie “Nada quedó de abril”. Una serie que si bien conviene leerla entera, se pueden leer los libros independientemente. Esta es la magia que hace Alfonso con sus tramas y sus personajes.

En “La casa dorada” Diego Alvarez nos llevará nos guiará por algunos tramos de su vida, de su relación con Blanca y de los secretos que guardan esas casas antiguas, testigos de otras vidas y arruinadas por el tiempo y el olvido.

Alfonso, escritor a quien leo desde hace mucho tiempo y con el que intercambio literatura y buena amistad, es un novelista que teje las tramas con el sumo cuidado de una labor de su tierra, Toledo. Yo pienso sus libros como un precioso tapiz trazado con punto Lagartera. El tiempo va y viene. Sus personajes también en un espacio literario que nada lo detiene.

Dice Alfonso que su lugar literario es La Mancha, donde Cervantes sitúa al hidalgo Quijana, en un lugar que transciende la historia y la geografía y allana fronteras sin el menor esfuerzo. Pero también el autor dice que al hablar de La Mancha tiene que referirse a Yonville y Flaubert, Faulkner y Yoknapatawpha, New York y Dos Passos, Paris y Cortázar, Macondo y Garcia Márquez , El río, Santa Maria y Onetti, Región y JuanBenet o el Páramo y Luis Mateo Diez y un largo etcétera que deja sin nombrar porque para el autor de “ La casa Dorada” todos los lugares son literarios.

En este libro nos plantea el reto de “El Valle, que puede ser un Valle cualquiera, un lugar de fábula donde se moverán hechos y pasiones de Blanca, Diego, Marta, Carmelo, Dorotea, Manuel, Elvira y otros personajes, donde la vida y la muerte serán protagonistas en el hecho vital de la existencia. Además de Valle, Barcelona, Madrid, Lisboa, New York, Valencia,México…Y el tiempo, pasado, presente y futuros que se adivinan, siendo el tiempo para el autor un recurso importante para contar en el que se mueve con agilidad y destreza.

Su enorme capacidad creativa, su pericia en el tratamiento de los personajes, su gran sensibilidad y su alma de poeta construyen un imaginario que nos hace vivir y palpitar con ella.

Mi más sincera enhorabuena Alfonso por esta tu nueva novela con devoción por tus letras y con mi amistad y cariño.

Isabel Montero

Alfonso Cebrián es un escritor que nació en marzo del 48 del pasado siglo en Toledo. Ha publicado Las aguas del olvido, Amelia y Doña Rosa y nada quedó de Abril, El libro de Carmelo.

También lo podéis encontrar en su blog literario “Cuentos inacabados” ( http://www.cuentos inacabados.wordpress.com) y en su muro de facebook.

Esta reseña aparecerá en mi muro de facebook y en mi blog (epifaniaenlaluna.com, Isabel Montero Garrido y si cabe en mi istagram)