Apuntes de vida.
Y nos mandaron hacer el recorrido más allá de la palabra, más allá del camino de la memoria y pude hacerlo, y me acordé de tí, de tus inexactitudes, de ti, de tus silencios y de los días que parecieron ser.
Miré más allá entonces, donde el cielo pierde la línea y supe ver también las vidas inventadas y los secretos.
Los demás, no se que hicieron durante el camino, no pregunte tampoco y ¿para qué?, me dije, al fin y al cabo mi alma es mía y el dolor, el dolor del alma, es una manifestación indemostrable.
Volví al presente en cuanto nos lo ordenaron; volví del pensamiento a la palabra, lloré una vez más por el dolor, se sabe, y oculté otra vez el espíritu como tú me dijiste. Era lo mejor según parece.
Nada más, el dolor y
no hubo nada nuevo, la vida, el silencio y el calor inventado.
Isabel Montero