Días inquietos.
La voz de las granadas
y el sonido del miedo
en bolsillos pequeños.
¡Cómo claman sus llantos!

Niños del hambre,
de la guerra.
Y de la paz armada y desarmada.
Niños de la pena;
del llanto incontenido.
Niños del mundo,
de barrios anodinos
que esconden mil miserias enterradas
bajo siete llaves.
Niños.

Un minuto de silencio:
ha callado la voz.
La voz y la palabra.

Pensamiento:
ha callado la voz
pero no el alma.

No el deseo de los hombres.
¡La humanidad clama!

Niños. «La esperanza del mundo», como dijese nuestro Apóstol José Martí. Hay que salvar la Esperanza!
Gracias Rafa. Sí los niños no deben sufrir.
Un poema maravilloso, Isabel. Niños, la esperanza del mundo y sin embargo, para muchos, objetivo de su destrucción. Gracias por los versos. Gracias por ese Imagine de Lennon.
Un gran abrazo, amiga.
Un abrazo amiga Isabel. Intentemos seguir poniendo nuestro granito de arena que aunque sea pequeñito hay que confiar en que sirve. Un beso, descansa y buenas noches.