
Reseña al libro
Si tus manos se olvidan de volar, poesía
Presina Pereiro
Colección “La vie en rose”
Ediciones del Genal
Si tus manos se olvidan de volar es el título del último poemario de Presina Pereiro. La autora ha escogido este verso de Pablo Neruda para ello y me consta no es al azar, sino hecho a conciencia en ese espacio que es lo que la palabra nos dicta para introducirnos en lo que será el resto del libro, en definitiva, su significado. Hay un mensaje cifrado en el título que me hace volver varias veces sobre él y desentrañar su significado para anticiparme a lo que me voy a encontrar en la lectura de este libro. ¿Y sí mis manos se olvidan de volar? Me pregunto. Cuestión esta que ya me da uno de los elementos que ha de tener la poesía, hacer meditar al lector. Esa meditación se sucede a lo largo de todo el libro.
Y ya, por el título sé que estoy ante un libro de duelo. El libro se abre también con un paratexto de cuatro versos de este soneto 93, de Pablo Neruda.
El Yo poético de este libro nos hablara de la ausencia, de la extrañeza del “otro” y de esta ante la pérdida, del amor, la añoranza e incluso el enfado ante lo que no pudo ser. (“Te extraño, si, te extraño…/y maldigo una a una, las grietas de tu ausencia).
Estas gritas de las que se habla a lo largo del libro son han convertido en trauma (τραῦμα traûma/ “herida”) como resultado del choque emocional de la partida del amado. Es un “Yo poético” herido. Herida que sangra a lo largo de todo el libro. El recuerdo de la vida vivida con “el otro” (“porque el brillo solar de tu cabello es ya trama de plomo”) que aparece en esta potente imagen que refleja que todo termina, que nada perdura y (“porque nada es mañana, porque todo termina”).
Es este duelo y que, con todas sus fases a través de versos limpios, fluidos, desprovistos de adornos, hará de hilo conductor, valiéndose del uso de la memoria y la búsqueda del “lo amado” perdido. Es un Yo poético que se desnuda con un lenguaje claro, aparentemente sencillo que reivindica la alegría que hubo y lo que pudo haber sido. Tal y como apreciamos en el poema Lejos. (“…Me duele intuirte feliz, /imaginarte envuelto de sensaciones…/ recelo de lo cierto, de lo humano, de lo tangible, de Dios, /y pienso que la alegría debería ser más precisa…”).
Emociones como el amor y su necesidad, el deseo del cálido abrazo, el miedo a envejecer y a la pérdida de esa juventud con “el amado” subliman el texto y de nuevo nos lleva a una función de la poesía que es la reflexión porque con el paso del tiempo no hay vuelta a atrás me digo mientras me paro ante estos versos. Unos versos sensuales en ocasiones incluso para hablar de la negación ante lo que ya marchó y se anhela, y no se puede recuperar. (“No me trastornan, no, /mis dedos te alcanzan, / mi lengua besa la carnal orilla de tu vientre, / me adhiero a tus caderas y me vierto…”).
El recuerdo de la despedida que aviva la ausencia (“…pidieron dos cafés, la tarde era de hielo…/era la despedida.”). Y para saber que los amantes son y siguen siendo implora el regreso y tal y como refleja el soneto 93 de Neruda, solo existe el amor si se ha perdido porque de esta forma perdura para siempre, buscando ese amor en lo eterno, a través incluso de la muerte y más allá. La autora a través de ese Yoo poético nos hace llegar la espera en todos los lugares, por donde el amado y la amada han pasado usando la intertextualidad en los versos como modo de expresarlo. (“String, que oímos en New York…”).
Existe una búsqueda de la Soledad en el libro con el fin de que la figura del “otro” perdure en el recuerdo que solo es posible en esta “soledad”, porque así no hay interferencias.
Si bien durante toda la lectura transitamos por el verso libre, el libro termina con dos sonetos a modo de cierre. Cierre buscado como estructura cerrada frente al verso libre del que hablaba, tal vez como una pauta de alejamiento intencionado usando el rigor de la rima. Estos dos sonetos nada hay sin ti y La vuelta al alba encierran un diálogo entre los amantes, una súplica y como respuesta un deseo de volver al alba para el descanso. Un cierre que a mi modo de ver dota de originalidad a este libro de poemas de Presina Pereiro.
¡Enhorabuena, Presina!
Isabel Montero Garrido
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