
Respirar el aire, libre;
a bocanadas si queremos,
o despacio, si no hay prisa.
Como cada uno vea y suspirar,
o sorber la brisa; reir, o
vivir como uno estime
en ese acto que es la vida.
Libertad, solo eso y tan fácil.
Isabel Montero
Epifanía en la luna
Respirar el aire, libre;
a bocanadas si queremos,
o despacio, si no hay prisa.
Como cada uno vea y suspirar,
o sorber la brisa; reir, o
vivir como uno estime
en ese acto que es la vida.
Libertad, solo eso y tan fácil.
Isabel Montero
A Andrés, Goian bego.
Tercer aniversario, siempre en mi corazón.
Un silencio
y tú ya a lo lejos,
verte a ti, tú, saltar desde el horizonte
por la boca de salir al mar.
Te fuiste tú, así un día, y tal vez lloviera y no lo recuerdo, tú a lo lejos,
en el horizonte.
Un silencio.
Un silencio equivocado, de eso estoy segura, y si no, ¿Cómo pudo ser aquello
en aquel día?
Un silencio equivocado
Un grito luminiscente.
El último «carpe diem», tal vez lo fuera, seguro, el equipaje poca cosa, la luz,
sabor de hospital, otro silencio y los
chispazos interestelares; te fuiste
por la boca de salir al mar.
Isabel Montero Garrido
A pesar de todo el esfuerzo los barcos siguieron amarrados.
El cielo amenazaba tormenta y ella lo sabía.
Sin duda alguna, pensó, algunas cosas no pueden olvidarse.
Fotos Isabel Montero
Unas sencillas palabras para conmemorar el Día de la Madre. Voy a insertar un vídeo fantástico que he encontrado en internet, en el que a partir de dos palabras se define lo
Se acerca la primavera y con ella Epifaniaenlaluna se renueva. Con nuevos brotes de palabras y de espacio vestimos este blog.
Para ello, celebrar esta eclosión he escogido al poeta Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990, al que considero uno de los escritores más influyentes en la literatura del Siglo XX y un gran poeta de todos los tiempos.
A ocho de marzo de 2017 en Madrid, en este Día de la Mujer de este siglo XXI, dedico esta entrada a las mujeres tan especiales que hay en mi vida. Cada una sabe el porqué.
A Cecilia Garrido Alduan, mi madre, que está en mi corazón, por ser esa gran mujer que hizo que fuera la Mujer que soy, ¡Gracias Ama! y gracias por traerme a este mundo en tu vientre, porque sin tí nada de lo que conozco hubiera conocido. Nada de lo que soy hubiera sido.