
Rumney
Llueven gotas y mojan casi todas las caras. Incontables piernas se mueven deprisa sobre los adoquines de las aceras salpicándose, en ocasiones embarrándose las pantorrillas o los bajos de los pantalones. Llueven gotas y más gotas. Las piernas andan arriba y abajo, cruzan las calles en vertical, en diagonal, por el paso de peatones. Algunas, las menos, esperan a que el semáforo cambie la luz. Los coches chirrían, suenan, aparcan, desaparcan, en línea, en batería, en doble fila con las luces de posición.
Una mano encuentra una puerta y abre la cancela. Hay unas escaleras. Las piernas de la mano suben las escaleras, toc, toc. Otras piernas bajan: toc, toc. Se cruzan. Tropiezan. Un hombre, otro hombre.
- Perdón.
- Perdón.
Dos perdones secos.
«Dos perdones secos» No puedes cerrarlo mejor para meditar a fondo. El video, refrescante, ojalá llueva… Un beso, amiga. Feliz verano.
Gracias Julie, si es un cierre que casi vino solo. La verdad que ya podía llover a cántaros. Un abrazo.
Recibido y cruzado con GALERÌA.Y siempre hay cruces de hombres que tropiezan y perdonean como en un mantra insaciable que repiquetea como lluvia seca,pero la cancela ha quedado abierta…….
Muy bueno Tony , me sacas la sonrisa. Gracias por el comentario.abrazos a 40 grados de Madrid
Casi puedo soñar la escena, sentir el gota a gota de la lluvia que es relato y el redoble de su sonido, y del perdón. Me ha encantado.
Gracias.
Gracias Isabel. Si es verdad k se siente.un abrazo muy muy grande.