Para mi madre
parir era lo inmediato
y nací a la vida.
Pasan los años
se vive lo absoluto
sin carencias, con cariño.
Afianzar el yo: sufrir.
Saltar de un lado para otro.
Descubrir lo ignorado, lo soñado
y se nace de nuevo en la adolescencia.
Experimentar el sexo. Gozar, alegrarse
no calcular, no pensar, vivir.
Se nace para los deseos.
Y el amor llega,
cómplices unidos
ante la vida y las vidas.
Nacemos en plenitud.
No seré nunca lo que fui
seré hoy, lo que quiero ser.
Y nací a la sabiduría.
Nací tantas veces a la vida
que no sé en cual de ellas
continuar mi biografía.
Carmen, «Ciudadana del Mundo».
Así se denomina a sí misma Carmen Rodríguez Villegas, para mí una mujer sabia de espíritu inquieto y natural. Humana y con muchas biografías como cuenta el poema. Poeta y por supuesto una gran cuentista. Gracias Carmen por tu aportación maravillosa a Epifanía en la Luna.