Si entornar los ojos fuese remedio
y cerrarlos,
amparara al entendimiento
para olvidar la substancia
de la existencia,
lo haría si,
irremediablemente lo haría.
Pero no.
Inútil enrojecer la visión.
Inútil borrar las estrías
que producen los no-afectos.
Inútil aferrarse a la ceguera.
Miro sin miedo a los ojos que nunca
me han mirado.
Abrazo en alma el cuerpo indiferente
que nunca
ha rodeado mis hombros indefensos.
Y libre el corazón, rescatado de la ignominia,
de las corazas, de este miedo,
seduzco a los raíles del ferrocarril.
El tren de via rápida realiza maniobras
de aproximación.
y se sujeta sobre un camino de hierro.
Y se marcha
Recorre espacios no conocidos
caminos
en la noche
en el día
en las luces
y en las sombras que nos visitan a diario.
Y no hace tanto que hubo sido ayer.
Y no hace tanto que había estado solo
el corazón-vida,
encarcelado dentro de su cuerpo.
Hola Isabel por fin he podido entrar para comentar tus textos. Te agradezco que me lo hayas puesto tan fácil. Carmen
me alegro carmen.estoy encantada k puedas hacer comentarios!!!