Era la hora. Yo cogí una. Ella cogió la otra. Las dos estaban sobre la mesa de la cocina envueltas en papel de aluminio. Yo me llevé una. Ella se llevó la otra. Al llegar al lugar las abrimos. La mía estaba picada. La manzana podrida. La puse sobre el sobre que contenía el fajo de euros. Cogí la pistola del armario amarillo. Ajusté el cargador. Me había tocado. Aquella misma tarde tenía que matarlo. Quitarlo de en medio para que no estorbara a la organización con sus absurdas declaraciones de arrepentimiento. No había salida.
Etiqueta: batalla
Veta de sangre
Sola, sola, sola.
Estoy yo sola bajo las ramas de los árboles
escondida entre los helechos de esta selva
y con las granadas dentro
y con la metralla entre las venas
Pero hoy,arrástrame de aquí.
Arrástrame de aquí que sea ahora.
Ahora
Y sácame las espinas
y búscame el aguijón que me ametralla en esta guerra.
Arrástrame de esta refriega inhóspita y hostil
Sácame la pugna de mi delirium tremens
¡Ahora!
Enséñame a migrar ahora.
Arrástrame sin transcurrir el camino de los muertos.
Sin convertirme en una polilla gamma que desova en los cultivos fecundos
para degollarlos
que deja sus larvas varadas en los brotes aún no nacidos
para abortarlos
Arrástrame
Ahora.
Arrástrame de esta batalla introspectiva
porque estoy sola, sola, sola
y ungida de metralla.