poesía Isabel Montero Garrido

Trabajo

Amanece y traspasa la línea del horizonte.
Conduces y luego andas por las aceras, entre las calles
esas que tienen un ligero
olor a té verde.

Una madre con «hiyab» te llevará hoy un termo.-
Miras las farolas aún iluminadas, adviertes en ellas destellos luminiscentes.
Es el rocío, por tanto, sabes que es un efecto óptico,
y a pesar de ello, te engañas
como tantas veces
y agradeces lo que recibes,
esas ilusiones que dan sentido a tu quehacer diario.
Caminas y la gente pasa a tu lado.
Deambulan, igual que tú, aún desvaídos por la madrugada.
Piensas que son como tú – todos iguales en un estado de bienestar-
No adviertes nada diferente.
Sólo cincuenta nacionalidades o más en el mismo patio
en la misma escuela.


-Y que poco llevas en ese destino-
Detrás La Cañada y la ruta
de los transportados del poblado de Valdemingómez.
Al atardecer, de vuelta a casa,
después de muchas jornadas, miras el telediario, lees en Internet y transitas todas las redes al mismo tiempo
en un mismo espacio,
el tuyo.
Te haces consciente entonces.


© Isabel Montero Garrido

poesía Isabel Montero Garrido

Amor

Domingo en Madrid desde la chocolatería Valor

Me gusta cuando nos escapamos como amantes furtivos, y exploramos la ciudad y sus rincones , y nos sentamos en esa terraza del bar de cualquier barrio, entre la gente, casi ocultos, y entonces, nos tomamos de las manos como si fuera la primera vez.
Me gusta cuando volvemos a casa, sonreímos, y nos miramos a los ojos, y nos besamos rápido dentro del ascensor para no ser vistos.
Tu rostro y mi rostro
y la complicidad tambien mañana.

©Isabel Montero

Foto, Isabel Montero

poesía Isabel Montero Garrido

Razón de más

Imagen gratuita de internet

Razón de más es hoy decir
que la memoria es una capacidad
de los Hombres
que la verdad se sabe si uno se
pregunta
que lo que sucedió entonces puede
suceder ahora
y que la historia existe
y se repite
si los astros se alinean de manera
incorrecta.
Y que hay gente corriente
y la inocencia está
y no se merece efectos colaterales.
Y que la gente es gente
y que la gente importa .

¡Y se sabe, y se sabe quién recogerá
el báculo sino impera la cordura!
Razón de más es hoy decir:
¡parad!
solo la paz importa.

Isabel Montero