El pasado 22 de febrero pudimos disfrutar en el Salón “Peio Aramburu” de Euskal Etxea de Madrid, del estreno de la obra de teatro “La Kuadrilla”. Un nutrido e ilusionado elenco que constituye el grupo de Teatro Madrileño “Katalina Eleizegi, bajo la dirección de la dramaturga María Gainzarain hizo las delicias del público.
El guion, escrito también por María, recoge historias cotidianas en torno a la “mitología” de las Kuadrillas en el País Vasco, las relaciones que se establecen entre los distintos miembros de esta y lo que implica pertenecer o no a dicha Kuadrilla, el cómo en las cuadrillas se reúne gente muy distinta pues si bien son amigos desde niños, la evolución de cada uno puede ser diferente a lo largo de la vida… María recoge historias de cuando vivió en Vitoria y las lleva a la exageración y la parodia, lo que suscita numerosas risas entre el público y merecidos aplausos. El texto recoge temas diversos.
El estreno de “La Kuadrilla” supuso un lleno total del Salón Peio Aramburu por lo que no se descarta una nueva representación.
Esta obra empieza a gestarse tras la representación de “Mikro Blues” el año pasado. En ese momento había diez componentes en el grupo de teatro y el éxito de la obra, hizo que se sumaran otras diez personas más. Los componentes del grupo, siempre con ganas de aprender hacen que el proyecto del teatro sea un éxito. María trabaja a partir de las fortalezas de cada integrante para el montaje de la obra y no cabe duda de que lo hace bien. Aunque como ella misma dice, “ha sido un reto, un gran reto”.
¡Enhorabuena para el «Katalina Eleizegi» y a la dramaturga María Gainzarain!
María Gainzarain recogiendo el ramo de flores que le entrega el grupo.
Sobre el grupo “Katalina Eleizegi”
El taller reúne a socios de Euskal Etxea, la gran mayoría sin experiencia en el teatro. El objetivo de este taller es “aprender a lo largo del proceso de montaje”, según de la propia María Gainzarain.
Es merecido nombrar al elenco por su trabajo, dedicación y esfuerzo, y por hacernos pasar un rato inolvidable: “María Arbizu, Natxo Arteta, Pilar Cabello, Elena Cid, Alba Cueto, Rosa Gago, Iñaki Gauna, Cristina Inés. Maritxu Legarreta, MAF, José Ramón Olaso, Cristina Ordoñez, Graciela Porres, Amaia Segovia, Esther Tabernero y Urko Urteaga”…
La saxofonista Lucía Hernández interpretó música vasca durante la función y los artistas plásticos Natxo Arteta y Candela Gauna dieron vida a la escenografía.
“Salón de Proyecciones “ de Isabel Montero Garrido, cien páginas sin soledad.
Una prosa vibrante, humana y sin límites estéticos, nos trae Isabel Montero Garrido con la reciente entrega de su libro de prosa “ Salón de Proyecciones “. Casi cien páginas sin asomo de soledad, atisbos sin fugas de la condición humana. Escrito en un lenguaje descomplicado, ágil, en apoyatura de la primera persona narrativa y tal vez por ello óptima manera de adentrarse en la realidad , estos relatos ora cortos memorables, ora discernimiento conmovedor, atinan en ser dadores del acontecimiento del hombre y en tanto eso fiel testigo de su decursar, de su testimonio antropológico. Esto último a mi modo de ver es gran ganancia del libro que no busca en su curso adjetivar o condicionar aquello que la realidad expone sino que su afán reside sobretodo en exponer con claridad y sin ambages el asunto al que se aproxima. Por otro lado es de notar el gran caudal que logra ese su lenguaje llano, logrando trasmitir con maestría verdades incontestables desde una claridad extrema, claridad que seguros estamos se ha dado antes en la lucidez de la reflexión que a su vez ha sido trasvasada al idioma, al lenguaje de la emoción. No en balde conocemos que Isabel Montero Garrido, ha tenido por años la profesión de maestra. He aquí el magisterio entrañable que se persigue y que se encuentra, enseñar y trasmitir y vaya si lo logra. Otro de los señeros desafíos que logra esta autora, es el curso narrativo definido en formato corto pero que aún, en relatos no tan breves, alcanza una síntesis extraordinaria, síntesis que viene a surtir de igual modo el efecto de crear expectativas en el lector, doble capacidad del discurso, sin dudas un acierto más, con el que no todos los narradores pueden contar. La relación entre lo poético y lo práctico del lenguaje, es un reto que suponemos se ha exigido aquí, ya que si bien es conocida la calidad de la poética de la autora con varios títulos en su haber, su prosa consigue que aquellos paradigmas emocionales del imaginario poético, sean sustento y pilar útil, a instancias únicamente del hecho narrativo sin estorbar ni impedir su legítimo curso. Tal vez sea por ello que una de las cualidades que más ha llamado mi atención, reside en la fuerza de los mensajes, dados en un presente atemporal, en “propiedad inalterable” según la acepción del crítico literario, Hans Robert Jauss, en cuyo caso el narrador tiene en cuenta al lector en tanto lo suma más que lo dirige. Así la relación entre contenido y forma es resuelta de manera natural, tenido como suma primordial, al receptor, al lector. El hecho de observar este anclaje de escritura en Isabel Montero Garrido, nos demuestra su granada andadura, no obstante ser este su primer libro de prosa. En muchos de los relatos aquí reunidos, percibimos esa llamada a un diálogo con el lector, dejando a este los caminos del propio discernimiento y de esta forma aún cuando el título de todo el cuaderno no aparece explícitamente contenido en los textos, es símbolo de cuanto propone el mismo: proyectar, dar luz, dar imagen, visualizar, o lo que es lo mismo, contar desde nuestro particular sitio e interpelar. Así en lo dicho queda resumida la esencia del libro: hacer de lo ordinario de cada día, lo extraordinario. Dar voz a los silencios. Trasmitir sin condicionamientos. Conceder a la palabra lo que le es connatural, su testimonio de vida. Gracias Isabel Montero Garrido por el horizonte ilimitado de “ Salón de Proyecciones “ por encontrarnos con una voz narrativa que nos abraza, gracias por su cálido acogimiento sin estorbo de exaltaciones técnicas o fatuos discursos. Gracias por su verdad humana y por su imposible soledad.
El nuevo trabajo de la poeta y escritora Isabel Montero Garrido , titulado «Salón de Proyecciones», es un libro de relatos que sorprende extraordinariamente, con 27 historias ambientadas en la vida cotidiana de personajes que bien pudieran ser reconocidos por muchos de sus lectores. Mujeres y hombres que nos vamos encontrando por el devenir de nuestra existencia. Tales cómo un profesor que teme al fracaso y no se subestima. La crítica de una mujer por diferencia de clase social. Una vecina solitaria que necesita de otra para sobrevivir al tedio la soledad. También están presentes: El maltrato, las decisiones. Por poner algunos ejemplos. Vicisitudes de cualquier individuo afrontando de puertas a dentro (cada uno en su casa sabe lo que pasa) los sinsabores que el destino va conformando episodios de un nuevo amanecer. En cada narración Isabel va tejiendo con gran elocuencia cada detalle imprescindible que nos permite visualizar el momento creativo de principio a fin. Con todo ello queda más que demostrado su gran trayectoria, no sólo como poeta sino también cómo escritora.
El imperdible del mes de diciembre en Madrid es esta exposición de Iñigo López de Uralde, «30 años de creación artística». Podéis verla en Euskal Etxea de Madrid, Jovellanos, 3, hasta el 30 de diciembre.
El autor estará todas las tardes de 19 a 21 horas de lunes a viernes y os aseguro que merece la pena que os la explique él.
Íñigo tiene su propio estilo y ahonda en el espíritu de la pintura vasca. La humedad y la iridiscencia de San Sebastián, la descomposición de la luz, junto a escenas de montañas, rostros desdibujados en los que se intuye la expresión y las huellas del paso del tiempo…constituyen una colección única.
Su pincelada es suelta, casi libre, como si buscara el alma de las cosas. Las siluetas de la montaña, las piedras y todo lo que puebla la montaña nos deja ver el «ánima» de esa naturaleza. Tema este, el entorno natural, que Iñigo conoce bien por su afición a la escalada.
Es el óleo el material que utiliza y el más adecuado para contar lo que quiere contar. Los ojos del artista no miran, preguntan y se plantean la razón de las cosas. Ese interés por explicar y explicarse a si mismo es lo que mueve la paleta de este artista tan singular.
La exposición es céntrica, frente al teatro de la Zarzuela. Merece la pena acercarse
Yo he vuelto esta tarde y he compartido un rato con el autor y otros visitantes. Hasta nos hemos hecho un selfie Joaquín de Leizaola, Íñigo y yo. Valga para el recuerdo.
Las fotos son del sábado 30 de noviembre, día de la inauguración, salvo el «selfie», que es de hoy.
lo primero que quería decirte es que se nota en tus escritos tu capacidad reflexiva. Se nota que has estado atenta durante mucho tiempo para hablar de lo que tú dices le pasa a la “gente corriente”.
Tu libro está lleno de sensaciones y eso es difícil de mantener, pero tú lo logras. No sale el lector indiferente después de su lectura.
No hay tregua, (tal vez mínimamente al final con “Meditaciones”, donde hay un poco de esperanza).
El libro contagia cierto nihilismo y decadencia. “Los hombres sin expectativas” es brillante y cinematográfico, donde todo es cíclico. La repetición de la conjunción hace que una escena se sume a la otra infinitamente. Yo creo que este relato es premonitorio: adelanta una circunstancia de vida que va a estar presente a lo largo de los relatos.
La mayor parte de los personajes son seres frágiles, ya sea en la emocional o en lo material. Como en el caso de la mujer que no puede cumplir su sueño de tener unos zapatos porque la cartera que ha encontrado está vacía, o el inseguro especialista en la guerra española marcado por un inseguro apego maternal.
La memoria ocupa un espacio destacado en varios de los relatos.
Trabajas muy bien la ironía y las sensaciones, se palpan los ambientes, la humedad, la oscuridad, el miedo, etc.
La propia naturaleza es angustiante. Paradójicamente la naturaleza más acogedora y bella se encuentra estampada en unas sábanas.
“Tiempos de borrasca” es un relato donde lo simbólico y lo político está muy marcado: evidencia un malestar que acosa y se hace presente.
Te metes de lleno en los conflictos de las relaciones familiares. El relato “Nosotros” te deja sentada en la silla al igual que “Inocentes”.
El tema del conflicto y la violencia logras plasmarlo de un modo muy certero.
Me gusta esa geografía llena de montes y bruma que se desliza a lo largo de los párrafos.
El hecho fantástico también se hace presente en tu escritura como en el caso d “El violinista” y en “La Decisión”, sin que ello rompa el hilo conductor que une los relatos.
Querida Isabel, de corazón te digo que tienes un buen libro de relatos tanto en la forma como en el contenido. Tienes la habilidad de atrapar al lector y de irlo llevando a tu manera.
También leí el prólogo, me parece que el prologuista ha hecho un trabajo a consciencia.
Sobre la correspondencia entre escritores y la literatura epistolar.
Es bien conocido `por todos los que ahondan en la Literatura la correspondencia que se mantiene entre escritores y escritoras y la importancia de esta a la hora de profundizar en la obra. Sobre todo con el paso del tiempo. Las cartas son elemento importante y constituyen en si mismas todo un género literario al que llamamos literatura epistolar. Esta correspondencia viene manteniéndose desde tiempo inmemorial. Sin embargo, creo que en esta Era Digital corre el peligro de perderse. Por eso he querido recoger en mi blog este correo electrónico que me envía la escritora y amiga Doris Mosquera, a la que agradezco el hecho de este análisis tras la lectura de «Salón de Proyecciones». Desde aquí quiero agradecer su atenta mirada y su amistad.
Isabel Montero Garrido
Para adquirir «Salon de Proyecciones» puedes hacerlo en el enlace de la editorial Mahalta ediciones
o bien en tu librería habitual o en las plataformas de venta habituales.
También si estás interesado en un ejemplar firmado puedes pedírmelo a través de este blog, abonando e coste y los gastos de envío..
Un pequeño comentario de Presina Pereiro sobre el libro
SALÓN DE PROYECCIONES, de Isabel Montero Garrido,
Puedo imaginar el mundo en el que me introduzco si comienzo a leer un libro que se inicia con una frase de Alejandra Pizarnik, y en este caso admito que el enunciado no engaña: Nada más intenso que el terror de perder la identidad, porque lo cierto es que a los relatos que contiene este libro los ensambla la intención de navegar por el mundo interior de cada protagonista, de desarmarlos, desnudarlos, acusarlos, protegerlos, comprenderlos, y hasta empatizar con sus identidades.
El libro, editado en 2024 por MAHALTA en su colección de narrativa, consta de veintisiete relatos y un magnífico prólogo que firma el Dr. en Ciencias Sociologías Víctor Hugo Pérez Gallo.
En la contraportada Isabel nos advierte de que esos relatos están escritos a lo largo del tiempo, y de que se ocupan de temas universales desde la perspectiva de personas sencillas. Y es cierto, cada relato es como una ventana abierta a la realidad particular de quien observa el mundo a través del cristal.
No soy crítica literaria y no voy a centrarme en pormenores propios de esta rama de la literatura, pero no me resigno a obviar que considero a la obra en su conjunto estilísticamente impecable, que el lenguaje es rico y hermoso, que la construcción estructural me parece perfecta, que los textos son exactos, limpios, tanto en su gestualidad, como en la diversidad de géneros, y en la necesaria hibridación. Soy solo lectora que escribe, ya lo he dicho, lectora que se ha emocionado al descubrir estos cuentos, sobre los cuales únicamente pretendo ofrecer opinión.
Salón de proyecciones es uno de esos libros que no se pueden cerrar hasta llegar al último párrafo. Es así. No cabe duda. Y aunque a veces los libros de relatos contienen pequeñas historias yuxtapuestas, en este Salón de proyecciones, cada cuento tiene tanta entidad propia como unidad argumental que la autora consigue a través de la intención determinada de que todos y cada uno de los relatos invite a reflexionar sobre lo humano y la deshumanización e inste a indagar y a reconocerse en la naturaleza de cada protagonista. Es un empeño difícil que Isabel logra acertadamente a través de la sincronía de la exploración psicológica de los personajes, todos ellos perfiles reconocibles, personas comunes, y siempre situadas en un espacio crucial, concreto o idealizado, de su existencia y en el instante exacto en que las circunstancias forjan recuerdos que serán memoria y definirán el futuro.
En primera persona, en segunda, en tercera…, así están escritos los relatos, pero siempre desde los símbolos distintivos del universo femenino, ya sea a través de la voz de la niñez, de la evocación de los recuerdos, de indagación en la memoria o de la introspección disciplinada, y a veces dolorosa, de la mujer que escribe.
Los relatos nos mueven, nos agitan por un mar de sensibilidad, nos arrastran con las emociones de cada protagonista, por su certidumbre del paso del tiempo, sus decepciones, el deseo intransferible de ser inviolable, la urgencia de evadirse de la soledad de un lecho con huecos de negrura, la huida consumada, el rencor, los celos, el abandono, la locura del amor y de la muerte… y al final, en el último peldaño de esta torre de arte, nos muestra la esperanza.
Un libro para releer, sin prisas, buscándonos en cada texto.
Comparto la crónica del blog de la Delegación en Corte de la Real Sociedad Bascongada de amigos del Pais sobre la presentación de «Salón de Proyecciones»
«Nada más intenso que el terror de perder la identidad”
Esta cita de Alejandra Pizarnik abre el libro de relatos “Salón de Proyecciones” de Isabel Montero Garrido, ediciones Mahalta. El paratexto de Pizarnik nos anticipa y prepara para lo que nos vamos a encontrar en este libro: vidas narradas a modo de cuentos cortos con cierto corte cinematográfico en algunos, proyectados en ocasiones en blanco y negro, y un hilo invisible que los conecta: la vida y los seres humanos transitando por ella a lo largo de un tiempo.
Muchos fuimos los que acudimos a la llamada de Maite Lorenzo Sánchez a esta Velada poético musical que viene celebrándose en Eibar desde hace 10 años.
Agradecer a Maite está invitación a la Velada Poetico musical Ibarkurutze y por supuesto a kultura de Eibar. Un placer compartir con mis compañeros estos buenos momentos en Ibarkurutze. Entre grandes poetas, rapsodas y músicos se desarrolló este acto que consiste en sacar la música y la poesía a la calle.
Los participantes llegados desde distintos puntos nos congregamos en torno a la Fuente:
Maite Lorenzo Sanchez , Javier Arnaiz , Manoli Lopez Alvarez , Idoia Carramiñana , Andrea Uña Barrientos , Antonio Molina Medina , Pablo Cabañas Arranz , María Maria Díaz Cid Maria Pilar Sanz Cuesta , Julio González Alonso , Roberto López, Mirian Jaramillo , Antonio Pérez Sicilia , Inma Diez , Rafa Herce , María Carretero , Manoli Corrales , Inma Diez, Begoña Sánchez, Bendrell Mohamed y yo, Isabel Montero Garrido. Cantautor, Jaime Yakaman , Pianista, Alberto Agre, Saxofón Javier Alzola, Grupo musical de Jurgen
Y nuestro maravilloso público.
Entre todos lo hemos hecho grande.
Sólo puedo decir, ¡gracias Eibar! Me llevo la magia de las cosas hechas con amor. Bihotz bihotzez 💜 ¡Salud y poesia!
La situación que vivimos desde marzo a nivel mundial es desconocida. Nunca habíamos pasado por un trance de este calibre. Estamos siendo testigos de manera activa de situaciones difíciles de superar. Una Pandemia mundial conlleva, desconocimiento, miedo a enfermar o a morir, impotencia por estar fuera de nuestras manos la situación, incapacidad por tanto para manejarla emocionalmente, desconcierto y frustración. Nuestro cerebro no está preparado para hacer frente de una manera adaptativa a la nueva realidad. Con hechos menos significativos de la vida diaria ya se habla de estrés postraumático. Este estrés suele superarse porque tiene un fin, es decir existe una duración relativa en el tiempo. En este caso, la Pandemia del Coronavirus es un estrés sostenido del cual no sabemos nada. La etiología del virus, la situación real, los pronósticos en el tiempo, la cura y sobre todo el final. No vemos de momento la luz al final del túnel. Además hemos cambiado nuestro modo de vivir, de hacer, de relacionarnos. Nuestro cerebro está siempre alerta, siempre preparado para la huida, pero no sabemos a donde, ni cómo , no existe un lugar donde podamos protegernos. Es una alerta un poco baldía. Esto nos produce situaciones emocionales complejas. Tener recuerdos recurrentes. Revivir situaciones angustiantes. Sufrir bloqueos mentales. Estar en situación de ansiedad continua. Permanecer alejado de lugares y acontecimientos que le recuerdan el hecho traumático. Tener dificultades para dormir. Sobresaltarse. Falta de concentración. Falta de memoria. Imposibilidad de realizar actividades que se hacían habitualmente tanto físicas como intelectuales. Miedo a perder facultades. Miedo a morir. Pensamientos negacionistas de los hechos. Síntomas físicos. Dolores que no se pueden paliar. Desatención a nivel sanitario de otros aspectos. Todo esto unido al desconcierto informativo, la poca solidez de la información, la situación política mundial hace difícil superar este estrés, por falta de acción y resolución. No existen en el mundo de la información trabajos de fondo que nos ayuden a colocar hechos. Tampoco hay orientaciones públicas a nivel de Salud Mental.
Quizá la ciencia sea exacta pero el proceso emocional y las respuestas adaptativas de los hombres no. Ante un mismo estímulo hay muy diferentes reacciones incluso, en el mismo individuo. En situaciones de estrés postraumático de otra índole yo veo caminos de ayuda. Pero en este momento son casi inaccesibles. Es inaccesible acudir a un profesional de la sanidad en el ámbito psicológico y psiquiátrico. Estamos solos. Esto nos lleva al horror. Al miedo de no manejar nuestra mente. Y a llenar nuestro inconsciente de basura emocional que permanecerá mucho tiempo anclada y taponada.
“Mano sobre mano” y recojo la expresión de una conversación de una buena amiga, así estamos y además espantados. ¿ Qué hacer? Poco hay. Evitar consumo de drogas y alcohol, estar en cada momento en una actitud consciente…¿difícil no? Es un estado de supervivencia. Yo voy a recomendar un libro que a mí en su momento me ayudo, “El hombre en busca de sentido” de Victor Frankl. Y sobre todo veo que hay que intentar estar aunque sea virtualmente conectados, con amigos. Apoyarnos. Hablar, decir. Escuchar y seguir adelante. Y si podemos poner humor, ponerlo. Y no dudar, si hay algún profesional de Salud que nos escucha y nos aconseja una medicación psicológica para el ánimo y seguir sus instrucciones.
Si digo que hablar «Personajes de invierno» de Juana Vázquez es hablar de una buena novela, no estoy siendo justa. Hablar de «Personajes de invierno» es hablar de una «ópera prima»; es decir que estamos ante una novela diferente.
Al igual que Baroja en «La busca» se trasladó en aquel momento a la periferia de Madrid, entonces los «suburbios», Juana se sumerge en un barrio de la periferia de esta gran ciudad, un barrio obrero, de gente sencilla, en pleno siglo XXI.
Los personajes de esta novela son los habitantes de un barrio, trabajadores, amas de casa, personas que incluso huyen de si mismas y se esconden en un anonimato cargado de familiaridad.
Estos personajes se aglutinan en torno a un personaje mayor, el Murgo, un bar del barrio que será el escenario principal de esta novela. He dicho personaje mayor para hablar del bar porque el Murgo, adquiere esa categoría, esa personificación con mayúsculas, al igual que ocurre en el teatro en el que el escenario de la obra será un elemento más, un elemento que alcanzará la dimensión de un Ser Vivo.
«Personajes de Invierno» es una novela costumbrista y realista, si bien, se afinca en el realismo del siglo XXI con todos sus componentes: momento histórico-social actual, es decir se instala en la contemporaneidad, retrata un entorno concreto en este caso un barrio humilde de Madrid, los personajes padecen conflictos personales de hoy en día, usa un lenguaje coloquial, aunque la novela se mueve en tres registros de manera magistral, el lenguaje normal de la calle citado, el monólogo interior reflexivo y una narración en ocasiones omnisciente. Aparecen además elementos modernos como el uso del teléfono móvil, el uso del alcohol, la soledad, el maltrato, las consecuencias de infancias perdidas. Es una vida real en la que los personajes salen y entran en el Bar Murgo cada uno con su propia carga vital. El bar será lugar de encuentro y desahogo de una vida cotidiana rutinaria y difícil.
Virginia, una catedrática de Universidad que huye de una separación y el maltrato de su ex-marido se esconde en ese barrio. Es la protagonista principal de la novela e intenta superar lejos de su antigua vida, una depresión causada por los horrores de un matrimonio fallido. Este personaje como vemos es un personaje culto que viene de un ambiente distinto pero que encuentra en el Murgo su asidero. Es un personaje vulnerable interiormente, con múltiples miedos e indecisiones que a veces, trata de escapar hasta de si misma. En este personaje encuentro uno de los grandes logros de la autora de la novela al presentarnos que la violencia machista no entiende de clases sociales ni de cultura, simplemente se instala en cualquier estamento de la sociedad y en cualquier nivel destruye y aniquila. A mi juicio es uno de los elementos más importantes de la novela.
El personaje antagonista se llama Thays, es un extranjero holandés que huye de un pasado que le ha marcado profundamente en la construcción de su identidad desde la infancia. Thays escapa también de si mismo y de algo. Es «algo» constituye el hilo de intriga de la novela y que poco a poco se irá desvelando.
Los dos personajes encierran en su interior una gran amargura. Caminan en lineas paralelas buscando una conjunción que no ocurre, aunque cada uno ve en el otro su propia salvación.
Hablando metafóricamente Virginia sería el «poeta» y Thays»el poema». Entre los dos construyen una poesía de la amargura, de la soledad, de la desolación y de la frustración ante la imposibilidad a veces de seguir adelante. Luchan salvajemente por vivir pero de alguna manera constituyen una poesía maldita.
A pesar de una estructura compleja que Juana maneja a la perfección, la autora conduce al lector suavemente, en una lectura que se hace fluida, por la vida de los personajes del Murgo: Antonio, el dueño, como una especie de psicólogo de las vida de las pequeñas cosas, los camareros, las señoras del barrio que entran y salen y las partidas de ajedrez.
El ajedrez se me antoja curioso en un bar como el Murgo. ¿Por qué juegan al ajedrez en lugar de a las cartas? Es un juego, el ajedrez, que requiere un conocimiento complejo. Se me ocurre que la autora dota de esta manera de la dignidad que merecen los habitantes de los barrios sencillos en los que la vida del día a día, no suele discurrir de una manera fácil.
Pero esta es mi interpretación como lectora y como tal me incluyo en personaje tambien de esta novela.
Isabel Montero Garrido
Personajes de Invierno, Novela
Juana Vázquez Marin,
Editorial Sapere Aude
La presentación de «Personajes de invierno» tuvo lugar ayer en el «Café Comercial» de Madrid. En la mesa la autora Juana Vazquez Marín acompañada de la escritora Lourdes Ventura y la fotógrafa Ouka Lele. Al acto acudieron numerosas personas de la cultura de Madrid.
Juana Vazquez Madrid es escritora y Catedrática. Extremeña afincada en Madrid. Con numerosas obras publicadas en poesía, novela y ensayo. Destacar su estudio «El Madrid Cotidiano del siglo XVIII».