
Foto Isabel Montero
Urge
urge que seas
urge que seas tú
urge que seas tú de nuevo
y urge que no te arrojes
urge que no te precipites en las rocas de la bocana del puerto
porque el agua embestiría y rodarías envuelta en espuma-ola, golpeada, rota.
Urge entonces, urge, sobre todo, apremia que no transites sobre amasijos de hierro.
Vuelve a caminar sobre la hierba que tapiza el borde del acantilado.
Vuelve sobre tus pasos.
Urge y como ves, urge.
Isabel Montero Garrido