
Hubo una mujer que fue la primera y alentó al resto. Unas llegaron antes y otras después. Luego supieron que la Sabiduría era suya y que el Pensamiento les pertenecía. Y que no necesitaban más. Finalmente conocieron la vida, y era suya también y se sentaron entre las columnas de un Partenón. Así empezó el discurso del Verbo, el juramento, el principio de Ser.
Isabel Montero
Por la Voz y la Palabra de todas las niñas y mujeres del mundo.