La ventana era una abertura a la esperanza. Podrían vivir detrás de ella la calma, la cordura, la libertad y la forma de iniciar una nueva vida lejos de allí.
Tristemente nunca lo sabría, el guardian de palacio custodiaba la llave con celo, con la buena disposición de un mayordomo que nunca decepciona a su amo.
Una vez siendo pequeña, al poco tiempo de estar encerrada allí, consiguió asomarse de puntillas por la ventana. A lo lejos le pareció ver el mar.
Esa noche soñó que un principe llegaría en un velero de oro y la rescataría. No sabía que esos principes habitan solamente los cuentos de hadas.
Isabel Montero Garrido
Me encantó. Gracias por compartir. Besos a tu alma.
Me alegra Maria del Mar!!!! Un abrazo!,,!!
Un millón de abrazos para ti.
Una ventana muy sugerente, no me extraña que te inspirara este estupendo relato. Que tengas un estupendo día. Besos.
Las ventanas del palacio de Miramar son fantásticas Isa, para pasar un día escribiendo sin parar delante de ellas. Feliz día! Un beso!
Me recordaste a la Princesa de Éboli… Mirando por la ventana y dejando volar sus sueños de libertad. Excelente micro? Estoy empezando a escribirlos y me suena a ello. Me ha encantado. Te mando mi abrazo fuerte.
Que maravilla que mi micro te sugiera tantas cosas. Me encanta hacer microrelatos. Recojo tu abrazo fuerte! Un beso grande!
¡Qué lindo! Hermosos deseos de cuentos de hadas… 🙂 ¡Feliz semana y mes!
Es un palacio de cuento, te encantaría. Un beso grande!!