Suena el bosque
y la humedad teje lacónicas figuras
que se esfuman casi negras,
casi sin haber nacido.
Espejismos
y sonidos que se repiten
ecos, crujidos, resonancia
y aullidos
que ultrajan primaveras.
Suena el bosque
abrupto,
sombrío
lúgubre
y tenebroso
y suena, lejos de ser paraíso.
Nos penetra helado, contra el vientre
como torrente glacial breve
que nos corta
que nos amortaja parco.
Umbria
casi opacidad.
Soledad.
Miedo
No hay hadas que conformen cielos.