poesía Isabel Montero Garrido

Día Mundial de la poesía 2025

llueve
como si fuera el llanto de los dioses
y nada parece detener el agua
qué forma ríos sobre el asfalto
de la ciudad

llueve
a la caída de la tarde, cuando se encienden las farolas y las gotas entonces,
se descomponen en haces,
en reflexión de luz
que brilla incandescente

llueve
y ya es primavera
y yo me refugio debajo de una marquesina del autobús urbano

el agua me salpica
igual que mojan las voces
de los que desoyen los gritos
de socorro de los desamparados,
en cualquier lugar del mundo

alguien tiró una moneda al alto
y salió «diluvio» como castigo

©Isabel Montero Garrido
Derechos reservados

Poesia

Aniversarios

Día mundial de la poesía 2024

Nos miramos, tu y yo,

compartiendo el espacio,

el líquido vital de la materia.

Nos miramos

dentro de nuestro mundo

de nuestro glóbulo insondable.

Todo era nuestro

el silencio, el secreto, la oscuridad,

la luz entreabierta durante tanto tiempo.

Nos miramos

en ese pacto tan nuestro.

Entonces, lo supimos.

©Isabel Montero Garrido
©Foto Javier Pérez Catalán.

Hoy celebramos el día mundial de la poesía. Porque la palabra sea. Y sea el pensamiento. Y el pensamiento sea, el orden de lo humano.
Porque los que trabajamos con la palabra busquemos el sentido de lo transcendente, de lo que nos hace ser más humanos. Y que esta palabra y esta manera de decir no sirva para el «ego» solamente, sino para concienciar y contar lo que sucede en el mundo, hoy, que pasan tantas cosas graves. Los poetas, las poetisas tenemos una herramienta potente entre las manos, la palabra para el pensamiento critico. Recuerdo que en discurso del Nobel de Wislawa Szymborska, ella decía que los poetas debían situarse en un continuo «no se», en un continuo interrogante. Yo suscribo hoy esas palabras, ese continuo cuestionarnos lo que sucede, ese estar que nos hace pensar y repensar el mundo que nos rodea.

¡Feliz día de la poesía! Pero hagámoslo desde el puesto que corresponde al poeta de verdad. Estamos para decir lo que vemos, ser vigías de lo que sucede a la otredad, ser cantores del alma de los otros.

©Isabel Montero Garrido