Ocurre.
Ocurre que a menudo no sé dónde está el norte.
Ocurre que tal vez no quiero mirarlo y…
Ocurre y ocurre.
Ocurre que cuando lo veo encaramado en lo alto de la luna se empañan los cristales.
O se estropea el limpiaparabrisas y se borra todo resquicio de vida en la ciudad.
Ocurre sin más. Sin razón de ser o con razones.
Isabel Montero Garrido 
Buenos días,
una opinión, ¿y por qué no decir «la magia de las palabras» en vez de «con»? Creo que ellas ya tienen suficiente ‘magia’ no les hacemos falta nosotros, bueno tal vez nosotros les quitamos su magia, las hacemos realidad, las llevamos a nuestros deseos, sentimientos, en fin…
La magia sí las tienen las palabras y es verdad que nosotros los humanos se las quitamos. Por eso la idea de combinarlas, Porque mal combinadas pueden dañar mucho…Magia con las palabras salio de los juegos de palabras, de las combinaciones en tantos y tantos años de profesión. Hay momentos que ypo lo llamo así a la hora de avbordar una tarea. No obstante me parece acertada tu observación- Muchisimas gracias….