Tengo ganas de verte
con tus manos acariciar la mañana,
luz pausada entre visillos escondida
y tú, aún en el sueño, besar
mis sienes, leve y la contemplación
del tiempo en el instante.
Después besar
ese brillo de luz de estío en mis
cristales, en cómo fue crepúsculo
acompasado, pausado, constante
la forma de tus labios entornados,
tengo ganas de verte.
Tengo ganas de verte
sentarnos a la sombra de la higuera,
contemplar desde el patio aquí entre
los muros azulados, rayos de sol
luminiscente, sobre agua marina
de la tarde.
Después soñar
un espacio de antaño, apretada
a tu cuerpo, el sabor del aceite en
nuestra espalda, salitre de palabras
en un tal vez encendidas, tengo yo
ganas de verte.
Tengo ganas de verte
acurrucar tu cuerpo bajo la luna,
los sonidos del mar como futuro y
otra vez dormir en portal azulado y
más tarde, la llegada del día.