Escuece nuestro interior
ver al borde de la locura
a personas sin importancia
atrapadas en la tela de una araña
que no sabe de razón.
No habrá barco a la deriva
que sepa de esta demencia
que iguale la desesperanza
de saber que no se solucionará nada
en alma de seda rota
en galope de caballo en desbandada
en puertas rotas a martillazos
en mendigos de traje en las aceras
en ciudadanos de a pie con bolsillos de abrigos descosidos
No habrá barco a la deriva
que sepa de su naufragio
en playas de ciudades que acumulan
las basuras en sus orillas
de alimentos a punto de caducidad.
Las almas caminan sin rumbo fijo
con miradas desorbitadas
con caras de haber perdido
el
t
r
e
n
y-la-esperanza,
con heridas de muerte en las entrañas
corazón abierto y sangrante en demasía
viajando en lo vagones de tercera
que no existen hoy en nuestras palabras
pero que siguen teniendo asientos de madera
que se clavan en las nalgas
sin piedad.
Sin piedad se ensucian las aceras
de pasos de muchedumbre envenenada
cañón de pistolas despiadadas
que pasean las calles ensombrecidas
y vierten los casquillos de sus balas
en bolsillos de niños,
de mujeres que envuelven en las mortajas
los muertos que se habían vuelto locos.
Escuece.
desde luego la palabra es esa, no sé si va por ello, pero la bandera de Gaza está llena de disparos de verdaderos inhumanos que salpican cómo siempre con la sangre de los inocentes, y cómo siempre, conmueve que Occidente gire la cabeza, todo el apoyo y la fuerza para nuestros hermanos palestinos caben en este poema (o en la interpretación que le doy) abrazo fuerte
si.gaza esta ahi. y tantas cosas que producen escozor.tanta impotencia…